El Papa invita a los obispos filipinos a atender a cristianos y no cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 3 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI recibió hoy en audiencia a un tercer grupo de obispos de la Conferencia Episcopal de Filipinas, sector central y sur, con motivo de su visita ad Limina Apostolorum.
Estos obispos proceden de las provincias eclesiásticas de Mindanao y Lipa, de la parte sureste del país, de fuerte presencia musulmana y donde en los últimos años se han radicalizado los ataques por parte del fundamentalismo islámico.
El Papa subrayó la importancia de “trabajar en hacer el bien tanto a los cristianos como a los no cristianos”.
Respecto a los primeros, Benedicto XVI destacó la importancia de “continuar la formación catequética” a los fieles.
“La profunda piedad personal de vuestra gente necesita ser alimentada y apoyada por una comprensión profunda y un aprecio por las enseñanzas de la Iglesia en materias de fe y de moral”, afirmó.
Dentro de esta formación, el Papa subrayó la importancia de la catequesis a las familias, “con particular atención a los padres en su papel de primeros educadores de sus hijos en la fe”.
“Esta tarea es ya evidente en vuestro apoyo a la familia frente a las influencias que quieren disminuir o destruir sus derechos e integridad”, agregó, reconociendo que “proporcionar este tipo de formación catequética no es una tarea pequeña”.
Otro de los retos pastorales hacia las comunidades cristianas, explicó, es la atención a los sacerdotes, recordándoles que como obispos tienen “el deber particular de conocerles bien” y de “guiarles con solicitud sincera, mientras que los sacerdotes deben estar siempre preparados para llevar a cabo con humildad y fidelidad las tareas que les confiéis”.
Insistió también en la importancia del acompañamiento en los primeros años del sacerdocio, así como en la oportunidad de celebrar encuentros periódicos entre el clero, y de asistir a los sacerdotes que atraviesan “momentos difíciles”.
“En este espíritu de cooperación mutua por el bien del Reino de Dios, seguramente llegará a su tiempo la cosecha de la fe”, añadió.
Los no cristianos
Respecto a la pastoral con los seguidores de otras religiones, el Papa destacó la importancia de promover el diálogo interreligioso, “especialmente en las áreas del sur de vuestro país”, prosiguió, refiriéndose a la difícil situación de los cristianos en Mindanao.
“Si bien la Iglesia proclama sin error que Cristo es el camino, la verdad y la vida, no es menos cierto que ella respeta todo lo que hay de verdad y de bien en otras religiones, y que busca, con prudencia y caridad, entrar en un diálogo honrado y amistoso con los seguidores de estas religiones en cuanto sea posible”.
En este sentido, felicitó a los obispos “por el trabajo ya hecho”, y los animó a que “por medio del diálogo que se ha establecido, continuéis promoviendo el camino hacia la verdad y la paz duradera con todos vuestros vecinos”.
Pueblo de esperanza
En su saludo al Papa en nombre de los prelados presentes, monseñor Nereo P. Odchimar, obispo de Tandag y presidente de la Conferencia Episcopal de las Filipinas, afirmó que sus compatriotas, “aunque atormentados por diversas formas de desastres naturales y causados por el hombre, son aún un pueblo tocado por la esperanza traída por Cristo”.
A pesar de los “tiempos difíciles” que se viven en Filipinas, indicó el obispo, “hemos formado a personas de buen corazón entre nuestra gente que aún desea la paz y la bondad, la justicia y la integridad. La fuerza del Evangelio nos hace resplandecer para disipar las sombras de la oscuridad”.
“Percibimos bien su voluntad incondicional de escuchar la historia del camino de fe de los filipinos”, dijo monseñor Odchimar al Papa, según recoge L'Osservatore Romano.
“Alabamos su lealtad a la verdad del Evangelio que hemos sido llamados a anunciar”, añadió.
“Venir aquí es como encontrar una casa, una casa en la presencia de Aquel que nos viene a buscar cuando nos perdemos y que siente gran alegría por nuestro humilde retorno”.
Estos obispos proceden de las provincias eclesiásticas de Mindanao y Lipa, de la parte sureste del país, de fuerte presencia musulmana y donde en los últimos años se han radicalizado los ataques por parte del fundamentalismo islámico.
El Papa subrayó la importancia de “trabajar en hacer el bien tanto a los cristianos como a los no cristianos”.
Respecto a los primeros, Benedicto XVI destacó la importancia de “continuar la formación catequética” a los fieles.
“La profunda piedad personal de vuestra gente necesita ser alimentada y apoyada por una comprensión profunda y un aprecio por las enseñanzas de la Iglesia en materias de fe y de moral”, afirmó.
Dentro de esta formación, el Papa subrayó la importancia de la catequesis a las familias, “con particular atención a los padres en su papel de primeros educadores de sus hijos en la fe”.
“Esta tarea es ya evidente en vuestro apoyo a la familia frente a las influencias que quieren disminuir o destruir sus derechos e integridad”, agregó, reconociendo que “proporcionar este tipo de formación catequética no es una tarea pequeña”.
Otro de los retos pastorales hacia las comunidades cristianas, explicó, es la atención a los sacerdotes, recordándoles que como obispos tienen “el deber particular de conocerles bien” y de “guiarles con solicitud sincera, mientras que los sacerdotes deben estar siempre preparados para llevar a cabo con humildad y fidelidad las tareas que les confiéis”.
Insistió también en la importancia del acompañamiento en los primeros años del sacerdocio, así como en la oportunidad de celebrar encuentros periódicos entre el clero, y de asistir a los sacerdotes que atraviesan “momentos difíciles”.
“En este espíritu de cooperación mutua por el bien del Reino de Dios, seguramente llegará a su tiempo la cosecha de la fe”, añadió.
Los no cristianos
Respecto a la pastoral con los seguidores de otras religiones, el Papa destacó la importancia de promover el diálogo interreligioso, “especialmente en las áreas del sur de vuestro país”, prosiguió, refiriéndose a la difícil situación de los cristianos en Mindanao.
“Si bien la Iglesia proclama sin error que Cristo es el camino, la verdad y la vida, no es menos cierto que ella respeta todo lo que hay de verdad y de bien en otras religiones, y que busca, con prudencia y caridad, entrar en un diálogo honrado y amistoso con los seguidores de estas religiones en cuanto sea posible”.
En este sentido, felicitó a los obispos “por el trabajo ya hecho”, y los animó a que “por medio del diálogo que se ha establecido, continuéis promoviendo el camino hacia la verdad y la paz duradera con todos vuestros vecinos”.
Pueblo de esperanza
En su saludo al Papa en nombre de los prelados presentes, monseñor Nereo P. Odchimar, obispo de Tandag y presidente de la Conferencia Episcopal de las Filipinas, afirmó que sus compatriotas, “aunque atormentados por diversas formas de desastres naturales y causados por el hombre, son aún un pueblo tocado por la esperanza traída por Cristo”.
A pesar de los “tiempos difíciles” que se viven en Filipinas, indicó el obispo, “hemos formado a personas de buen corazón entre nuestra gente que aún desea la paz y la bondad, la justicia y la integridad. La fuerza del Evangelio nos hace resplandecer para disipar las sombras de la oscuridad”.
“Percibimos bien su voluntad incondicional de escuchar la historia del camino de fe de los filipinos”, dijo monseñor Odchimar al Papa, según recoge L'Osservatore Romano.
“Alabamos su lealtad a la verdad del Evangelio que hemos sido llamados a anunciar”, añadió.
“Venir aquí es como encontrar una casa, una casa en la presencia de Aquel que nos viene a buscar cuando nos perdemos y que siente gran alegría por nuestro humilde retorno”.
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